Toda su experiencia le ha dejado muy clara una cosa: la innovación o las ideas innovadoras en general deben salir a partir de una base extremadamente sólida. Y esa solidez la da el conocimiento y el orden de dicho conocimiento.
Sí, hay que ser muy ordenado, como nos decían nuestros padres. Al final va a resultar que tenían razón, que esa era una de las claves del éxito.
Ferran ha dedicado los últimos años a ordenar y reordenar el conocimiento. Y para ello él y su equipo han creado la metodología Sapiens, un procedimiento para cuestionarse las bases del conocimiento y poder crear a partir de nuevos estándares o escenarios.
Sapiens posee varias fases, pero las iniciales son la clave: ese planteamiento inicial, que empieza delimitando muy bien el tema de estudio, permite el estudio de una serie de aspectos de ese tema, empezando por los más elementales. Ferran Adrià ya lo hacía con sus platos: los deconstruía.
Esta manera de entender la creación y la innovación es la que ha ido aplicando a su vida profesional. Pero también es verdad que Ferran es de los que opina que hay un exceso de exigencia con el tema de la innovación. No todo es innovar y no es necesario a veces innovar. La innovación tiene sentido a veces, pero muchas otras veces es más importante la excelencia y la eficiencia.
