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Descubre cómo configurar tu carta de aguas, cafés e infusiones.

Carta de aguas

La carta de aguas es un complemento más que suelen tener algunos restaurantes gastronómicos en contadas ocasiones, para poder ofrecer un plus a los clientes redondeando la oferta gastronómica, y ayuda también a sumar más puntos de cara a inspecciones de guías gastronómicas.

No hay dos aguas iguales. Los sumilleres y los cocineros reivindican cada vez más las cualidades gastronómicas de las aguas minerales. Atreverse a probarlas como acompañantes de la comida es una opción que los restaurantes hacen cada día más fácil con las cartas de aguas.

Para crear la carta de aguas tendremos que conocer las distintas clasificaciones, y no solo si son con gas o sin gas.

Clasificaciones

Las aguas embotelladas se definen por características que atienden a su modo de extracción y su análisis químico.

La legislación española establece tres familias: las aguas minerales naturales, que entre otras condiciones deben extraerse de la profundidad del subsuelo, ser estables en el tiempo y beneficiosas para la salud; las aguas de manantial, que no tienen por qué cumplir esa última condición; y las aguas potables preparadas.

En cuanto a su contenido en sales minerales, se clasifican en una gradación que va de la mineralización muy débil a la fuerte, mientras que lo que se conoce por dureza alude, en concreto, a las sales de calcio y de magnesio. Las aguas duras son más amargas, pero calman mejor la sed que las blandas.

Y el estilo de un agua son los minerales que predominan en su composición: sulfatadas, cloruradas, ferruginosas o sódicas (o hiposódicas).

A partir de aquí, ya podemos trabajar en la carta.

Carta de cafés e infusiones

Para crear nuestra carta de cafés e infusiones debemos tener claro si nuestro concepto va encaminado a un estilo u otro: si tenemos un restaurante con pocas mesas y queremos doblar comensales, tendríamos que valorar si queremos ofrecer cafés o no, ya que nuestros clientes harían la sobremesa y no tendrían prisas por irse. Por el contario, si queremos que nuestros clientes vivan una experiencia única, tendremos que darle la misma importancia que hemos dado a las demás cartas.

En esta carta se recomienda mantener los cafés clásicos y no innovar tanto en las elaboraciones. Eso no quiere decir que no cuidemos los detalles, las distintas calidades y DO del café, las diferentes leches, etc.

Detallamos una serie de parámetros para poder crear una carta de cafés:

  • Variedad de cafés (DO, café natural)
  • Variedad de leches (entera, semidesnatada, desnatada, de soja, light…)
  • Variedad de azúcares (moreno, blanco, sacarina, moscabado…)
  • Variedad de elaboraciones (cortado, solo, con leche, capuchino, irlandés…)
  • Variedad de infusiones (manzanilla, menta-poleo, tila…)

 

Parece que lo tenemos todo listo para poder hacer las pruebas de apertura, ¿verdad?

¡OJO! Pues no: se nos olvidaba una parte importantísima para, ahora sí, poder completar la oferta gastronómica. Tenemos que trabajar, en paralelo a la oferta de comida, en la vajilla en la que vamos a servir nuestros platos.

La vajilla

La compra de vajilla para un restaurante es una de las más importantes. Muchas personas juzgarán al negocio por su vajilla, por lo tanto su elección debe pasar la prueba del tiempo y parecer nueva cada vez que se coloca sobre la mesa como presentación de una comida. Pero ¿cómo mejor decidir cuál es la vajilla adecuada para crear una impresión positiva?

También es importante tener una vajilla práctica que se amolde a nuestra comida y nuestro espacio.

Podemos encontrar platos que consigan estéticamente levantar la belleza de nuestra comida, pero lo más normal es tener en cuenta la inversión que vamos a destinar a la vajilla y cómo la vamos a almacenar.