gestión residuos restaurante

Los locales de restauración deben prever espacios específicos para albergar los contenedores de residuos sólidos y líquidos (aceites), y cumplir con su deber de clasificación en origen: papel/cartón, cristal, envases, orgánico y resto.

Los contenedores deben ser herméticos y con tapa, y su número y capacidad puede fijarlo el ayuntamiento (hay que consultarlo).

En Barcelona dan una importancia extrema a las condiciones de almacenamiento de los residuos en lo que se refiere al tamaño del recinto que deben ocupar, la temida cámara de residuos. Hay una circular de residuos que establece la superficie mínima en función de la tipología de la actividad con una generosidad que puede trastocar seriamente los planes de aprovechamiento del espacio. Los locales más pequeños pueden evitar tener una cámara de residuos cerrada; hay que analizar el caso.

Los aceites usados deben almacenarse y ser entregados a un gestor de residuos autorizado. También debe ponerse especial cuidado en la limpieza de la campana y de sus filtros, para evitar que el residuo de aceite no acabe en el sistema de saneamiento, ya que lo más probable es que tu local no tenga filtros separadores de grasas. Verter residuos de aceite por el fregadero o por el inodoro, aparte de ser un acto incívico, acabará a medio plazo en un embozo de los conductos de evacuación. La grasa se adhiere con facilidad a las superficies de los conductos, y actuando como un pegamento irá interceptando residuos orgánicos que irán fermentando y haciéndose más grandes, hasta que los olores y los problemas de desagüe nos devolverán nuestra mala acción. Algo parecido ocurre con los filtros antigrasa de la campana: los más eficaces son los filtros de malla, pero no gustan demasiado porque hay que limpiarlos con frecuencia, precisamente porque son más eficaces. Es más cómodo trabajar únicamente con los filtros de chapa ondulada, en los cuales se decanta el aceite, pero su comodidad tiene un inconveniente: su escasa eficacia, que provoca el mismo efecto que se presenta en los desagües, ya que la grasa no retenida en los filtros se adhiere a la cara interna de la chimenea, lo que genera contaminación y olores que se tienen que combatir aumentando la frecuencia de limpieza de esta última.
A modo de resumen, recuerda que para la legalización de tus instalaciones, deberás presentar en el momento en que finalicen los trabajos de instalación los siguientes documentos:

 

  • Certificado de instalación de baja tensión eléctrica
  • Certificado de la legalización de la máquina de aire (ITE03 instalador de clima, sello ECA)
  • Certificación de motor 400 grados centígrados/90 minutos de extracción de humos
  • Certificado del sistema de extinción de incendio de la campana
  • Certificación de fuego EI 120 techo
  • Certificados de comportamiento contra el fuego de los revestimientos textiles u otros
  • Certificados de maquinaria específica de las cocinas
  • Salidas de humos
  • Certificado de instalación de sistemas antiincendio y extintores

 

También debes saber que, una vez legalizadas las instalaciones, y para mantener la licencia de apertura al día, es indispensable acreditar el correcto funcionamiento de tus instalaciones mediante los correspondientes contratos de mantenimiento de las mismas:

 

  • Contrato de mantenimiento eléctrico sellado y firmado por el instalador
    Un contrato de mantenimiento eléctrico de baja tensión es un documento obligatorio que deben mantener los titulares de instalaciones eléctricas sujetas a inspecciones periódicas con una empresa instaladora autorizada de la categoría que corresponda debidamente inscrita; además se deberá disponer de un libro de mantenimiento que deberá contener, como mínimo, el registro y el resultado de las revisiones e inspecciones correspondientes.
    Los locales de pública concurrencia, como los bares, cafeterías o restaurantes, están obligados a tener un contrato de mantenimiento eléctrico de baja tensión, ya que son los titulares de las instalaciones eléctricas sujetas a inspecciones periódicas de acuerdo al REBT 842/2002, ITC-BT -05, apartado 4.2.
  • Boletín de agua por parte del instalador
    En caso de agua de red en las ciudades no es obligatorio, ya que el propio proveedor de agua de red es el encargado de realizar dichos controles.
    En el caso de disponer de agua de pozo, deberemos efectuar dichos controles de forma autónoma y tendremos que contar con un especialista que lleve a cabo el mantenimiento de los equipos de clorado, filtrado y calidad del agua correspondiente.
  • Sistemas de extinción de incendio para la campana, con contrato de mantenimiento
    Como sabes, es indispensable la instalación de un equipo de extinción de incendios sobre las cocinas, habitualmente instalados en las propias campanas de extracción.
    Es indispensable igualmente el contrato de mantenimiento de los equipos de extinción de incendios de las mismas para garantizar su correcto funcionamiento en caso de emergencia.
  • Contrato de mantenimientos de los extintores: tipo y número
    También es necesario el mantenimiento de los extintores manuales. Piensa que la eficiencia del contenido de los mismos caduca y hay que asegurarse de que estén al día.
  • Otros
    A la vez que campanas y extintores, hay que llevar a cabo el mantenimiento de los demás dispositivos de detección de incendios (señales de alarma y de detección).
  • Contrato con una empresa de seguridad y alarmas
    Aunque no es obligatorio, te recomendamos suscribir también un contrato con una empresa de seguridad y alarmas. Además de dar un plus de seguridad, hará que el coste de la póliza del seguro baje.
  • Cubetas para clasificación de tipos de residuos
    Es obligación de los locales de restauración hacer clasificación de los residuos, por lo tanto deberemos disponer de los cubos (con tapa y ruedas) necesarios para su correcta clasificación.
  • Recogida de aceite usado
    Es importante tener un contrato de recogida de aceites usados por parte de una empresa especializada.
    Ten en cuenta que, además, pueden llegar a pagarte por el aceite usado, de manera que mediante la correcta recogida del mismo se puede recuperar una parte del coste.