Cómo se aplica Sapiens

La aplicación de Sapiens requiere de una sucesión precisa y metódica de varios pasos, con los que será posible acercarse a los objetivos esperados.

1. En primer lugar, y contando con un objeto de estudio determinado, es indispensable llegar a definir qué es este objeto. Para ello será preciso investigar con el fin de delimitar exactamente cuál va ser nuestro tema de trabajo. Al mismo tiempo es indispensable contar con un espacio de documentación bien ordenado, que se irá actualizando y reordenando, a no ser que el objeto en sí ya pertenezca a un ámbito muy estructurado.

2. Con posterioridad es indispensable contextualizar el objeto, ya sea respecto a otras disciplinas o bien a lo largo del tiempo. Ello permitirá obtener diferentes perspectivas del tema de análisis sumando miradas. Es importante observar cómo se ha desarrollado el tema dentro de su propia disciplina, sector o ámbito, cómo impactó en estos, así como su relación y diálogo con otros ámbitos. Si además añadimos la perspectiva histórica, este enfoque posibilita colocar en contexto el tema de estudio, comprender cómo ha sido su desarrollo, los principales cambios que ha sufrido y por qué han ocurrido.

3. A continuación es necesario identificar nuestros objetivos o, dicho de otro modo, determinar hasta dónde debemos llegar en nuestro trabajo de aplicación de Sapiens. Como en una cebolla, se puede acceder a la capa más superficial o penetrar más hasta lo esencial. Por poner un ejemplo, querer comprender todo el mundo de las hortalizas, con todas sus variedades y todo el detalle resulta prácticamente imposible. Por ello es indispensable acotar las dimensiones del estudio. En este caso, podemos, por ejemplo, delimitar el conocimiento a lo que es una planta, a sus partes y a los grandes grupos en los que se puede dividir la familia de las hortalizas. O bien centrarnos en un tipo determinado de hortaliza, con lo cual se acota mucho el ámbito de estudio abarcable. Aun así, una posterior precisión de objetivos resultará fundamental para llegar a un resultado útil. En este sentido, es importante saber que la especialización en el estudio puede llevar a perder la noción de amplitud necesaria para abarcar el conocimiento que permite comprender el objeto, de modo que se pueda obtener una comprensión particular y general al mismo tiempo.

4. A la hora de identificar los objetivos aludidos en el punto anterior, es fundamental saber la perspectiva de cada disciplina, es decir, quién está realizando Sapiens y para qué lo precisa. Cada tipo de actor contará con unos conocimientos previos, unos intereses y un enfoque determinado. Por seguir con el ejemplo de las hortalizas, a un cocinero puede resultarle de importancia relativa todo lo concerniente a los injertos o las modificaciones genéticas a que se han sometido, mientras que para un biólogo será más importante esta cuestión que las técnicas culinarias más adecuadas para cada hortaliza. Para un empresario, lo más útil puede llegar a ser qué variedad determinada de una especie será la más rentable, productiva, atractiva, etc. Habrá profesionales que precisarán de un enfoque científico, o práctico, o relacionado con la educación, etc.  En relación con sus objetivos, estos pueden ser más o menos generales, más o menos superficiales, más o menos esenciales.

5. Comprender consiste básicamente en relacionar, contextualizar, interpretar, comparar, identificar, asociar datos ordenados en un sistema de información que proporciona un conocimiento. Pero para ello es preciso que el conocimiento esté ordenado. El orden es una premisa innegociable para comprender una disciplina, es preciso organizar la información para detectar elementos significativos que nos permitan reflexionar acerca de los procesos necesarios para crear, producir, vender un producto, definir e impulsar la línea directriz de una marca…

6. ¿Cuál es el método más adecuado para ordenar el conocimiento? A nuestro entender, el mejor método debe realizarse decodificando los diferentes procesos que confluyen y participan en el objeto de estudio.

7. Cada uno de los procesos se ordena bajo una cantidad determinada de variables. A cada uno de los conjuntos de variables que componen los procesos los denominamos familias. Identificar a las familias es el siguiente paso que se debe hacer en la aplicación de Sapiens, para saber cuáles participan en el proceso, ya que nos servirán para guardar los datos, la información que nos servirá para el conocimiento.

8. Sapiens tiene que definir un léxico del tema en cuestión teniendo en cuenta el léxico ya existente, pero sometiéndolo y completándolo con una nueva investigación.

9. Una vez se han identificado los procesos y sus familias y se ha establecido un léxico, se extiende el análisis hasta las consecuencias del resultado del proceso. Las consecuencias son los hechos que se han dado a partir del resultado final y que tienen un impacto posterior. El estudio de las consecuencias permite comprender la dimensión de un resultado y el impacto real que ha tenido en concreto.

10. Como ya se ha señalado, este análisis debe tener siempre una contextualización histórica. El conocimiento histórico es vital para saber cuándo nace o se transforma el objeto de estudio en cuestión. Si no sabemos cuándo nació el primer cuchillo, o cuáles son los principales momentos de su evolución, difícilmente podremos llegar a comprender su relevancia. Esta perspectiva nos abre un abanico de información muy amplia, que nos permite, desde el estudio del pasado, acceder a la comprensión del presente, lo cual dibuja un contexto más completo.